Cuando el cerebro está despierto, existe un marco material que nos hace percibir las cosas de una manera lineal; cuando el cerebro está dormido no hay marco y el sueño tiene la tendencia a cambiar constantemente. Incluso con el cerebro despierto, tendemos a soñar despiertos y el sueño cambia constantemente. La imaginación es tan poderosa que nos lleva a muchas partes. En nuestra imaginación vemos cosas que otra gente no ve; oímos cosas que otra gente no oye, o quizá no lo hagamos, depende de la manera en la que soñemos. La imaginación proporciona un movimiento a las imágenes que vemos, pero esas imágenes sólo existen en la mente, en el sueño. Luz, imágenes, imaginación, sueño.... Ahora mismo estás soñando y esto es algo que puedes verificar fácilmente. Tal vez nunca has notado que tu mente está soñando siempre.
Imagínate que estás mirando un espejo. En el espejo hay un mundo entero de objetos, pero sabes que lo que ves no es más que un reflejo de lo que es real. Parece como si fuera real, parece como si fuera la verdad, pero no es real y no es la verdad. Si intentas tocar los objetos que están en el espejo sólo tocas la superficie del espejo. Lo que ves en el espejo es sólo una imagen de la realidad, lo que significa que es una realidad virtual; es un sueño y es el mismo tipo de sueño que los seres humanos soñamos con el cerebro despierto. ¿Por qué? Porque lo que ves en el espejo es una copia de la realidad que creas con la capacidad de tus ojos y de tu cerebro. Es una imagen del mundo que construyes en tu mente, lo cual quiere decir que así es cómo tu propia mente percibe la realidad. Lo que un perro ve en el espejo es la manera en la que el cerebro del perro percibe la realidad. Lo que un águila ve en ese mismo espejo es la manera en la que el cerebro del águila percibe la realidad y es una manera distinta a la tuya.
Imagínate que estás mirando un espejo. En el espejo hay un mundo entero de objetos, pero sabes que lo que ves no es más que un reflejo de lo que es real. Parece como si fuera real, parece como si fuera la verdad, pero no es real y no es la verdad. Si intentas tocar los objetos que están en el espejo sólo tocas la superficie del espejo. Lo que ves en el espejo es sólo una imagen de la realidad, lo que significa que es una realidad virtual; es un sueño y es el mismo tipo de sueño que los seres humanos soñamos con el cerebro despierto. ¿Por qué? Porque lo que ves en el espejo es una copia de la realidad que creas con la capacidad de tus ojos y de tu cerebro. Es una imagen del mundo que construyes en tu mente, lo cual quiere decir que así es cómo tu propia mente percibe la realidad. Lo que un perro ve en el espejo es la manera en la que el cerebro del perro percibe la realidad. Lo que un águila ve en ese mismo espejo es la manera en la que el cerebro del águila percibe la realidad y es una manera distinta a la tuya.
Ahora imagínate que en lugar de mirar el espejo miras en tus ojos» Tus ojos perciben la luz que está siendo reflejada desde millones de objetos que están fuera de tus ojos. El sol envía luz a todo el mundo y cada objeto refleja la luz.
Billones de rayos de luz que provienen de todas partes entran en tus ojos y proyectan imágenes de objetos en tus ojos. Piensas que estás viendo todos esos objetos, pero la única cosa que realmente estás viendo es la luz que está siendo reflejada.
Todo lo que percibes es un reflejo de lo que es real, igual que los reflejos en un espejo, salvo por una diferencia importante. Al otro lado del espejo no hay nada, pero detrás de tus ojos hay un cerebro que intenta darle un sentido a todo. Tu cerebro interpreta todo lo que percibes según el significado que tú le das a cada símbolo, según la estructura de tu lengua, según todo el conocimiento que fue programado en tu mente. Cada cosa que percibes es filtrada por todo tu sistema de creencias. Y el resultado de interpretar todo lo que percibes utilizando todo lo que crees es tu sueño personal* Así es como creas toda una realidad virtual en tu mente»
Tal vez puedas ver cuán fácil nos resulta a los seres humanos distorsionar lo que percibimos. La luz reproduce una imagen perfecta de lo que es real, pero nosotros distorsionamos la imagen creando una historia con todos esos símbolos y opiniones que aprendimos. Soñamos sobre ello con nuestra imaginación y por acuerdo pensamos que nuestro sueño es la verdad absoluta, cuando la verdad real es que nuestro sueño es una verdad relativa, un reflejo de la verdad que siempre va a ser distorsionado por todo el conocimiento que hemos almacenado en nuestra memoria.
Si somos conscientes de que invertimos nuestro poder personal en todo lo que creemos, quizá resultará fácil recuperar nuestro poder depositado en los símbolos y esos símbolos dejarán de tener poder sobre nosotros. Si despojamos a cada símbolo de su poder, los símbolos se convierten simplemente en símbolos. Entonces obedecerán a su creador, que es nuestro yo real y servirán para su propósito real: ser una herramienta que podemos utilizar para comunicarnos. Cuando descubrimos que Santa Claus no existe, dejamos de creer en él y el poder que habíamos invertido en ese símbolo vuelve a nosotros. Es en ese momento cuando somos conscientes de que éramos nosotros quienes estábamos de acuerdo en creer en Santa Claus. Cuando recuperamos nuestra conciencia, vemos que somos nosotros quienes estábamos de acuerdo en creer en la simbología entera. Y si somos nosotros quienes depositamos el poder de nuestra fe en cada símbolo, entonces somos los únicos que podemos recuperar ese poder.
Una vez que la estructura de nuestro sistema de creencias ya ha desaparecido, nos volvemos muy flexibles. Podemos crear cualquier cosa que queramos crear; podemos hacer cualquier cosa que queramos hacer. Podemos invertir nuestra fe en cualquier cosa que queramos creer. Elegimos nosotros. Si ya no creemos en todo lo que sabemos que nos hace sufrir, entonces, como por arte de magia, todo nuestro sufrimiento desaparece. Y no necesitamos pensar mucho: necesitamos actuar. Es la acción la que va a cambiar las cosas.