Zen y Tarot






En los últimos tiempos, especialmente desde el siglo pasado, se ha asociado al Zen con numerosas disciplinas. Seguramente la primera referencia conocida en occidente, fue el libro del profesor Herrigel “El Zen en el arte del tiro con arco”. A partir de ahí, muchas personas tomaron conocimiento sobre el Zen, y su influencia en la mística y cultura de los países de oriente.


El término “zen”, es una palabra de origen japonés, cuya traducción literal significa “meditación”. A esta misma expresión, en India se la denomina “dhyana”, y en China “chan”.
Tradicionalmente, las escuelas Budistas Zen, son las que hacen mayor hincapié en la práctica de la meditación, como método fundamental para el autoconocimiento, como así también para integrar y comprender el universo entero, que no está separado ni es diferente a nosotros mismos. A esto se lo llama, practicar Zazen (Za=sentarse. Zen= meditación).

Conocerse a sí mismo es conocer al universo entero, y es por eso que el Tarot Zen es un tarot orientado hacia el autoconocimiento, más que a la predicción externa. Cuando aparecen señalados sucesos futuros en una tirada del Tarot, es importante que estos no sean interpretados como una profecía expresada mágicamente, sino más bien como una tendencia, o una proyección desde este punto presente, donde de la misma manera que podemos retroceder algunos fotogramas para revivir el pasado, también podemos ir para adelante y avanzar fotogramas para mirar posibles hechos futuros. La percepción es una resultante directa de la conciencia, por lo que cuanto mayor es el nivel conciente, mayor es el nivel de percepción.

Esta misma relatividad del tiempo de la que habla la ciencia en la actualidad, es producto de una evolución dada especialmente en el campo de las matemáticas y la física; pero los sabios y maestros de oriente sabían esto mismo desde la antigüedad, por pura intuición, por su vivencia directa del cosmos y sus leyes, a las que conocían profundamente después de años de estudiar al universo entero en sus practicas de meditación.

Maestro Dogen dijo: “Estudiar la Vía del Buda es estudiarse a uno mismo. Estudiarse a uno mismo es olvidarse de uno mismo. Olvidarse de uno mismo es ser certificado por todo el Universo.”
La manera de acceder a la más alta dimensión de la conciencia es a través del silencio y la meditación (zazen), pero esto solo se realiza a través del olvido de si mismo, del ego temporal que compone el ancho de banda limitado, a través del cual la mayoría de las personas percibe su propia realidad.
Si bien existe un nombre “Tarot Zen”, casi como una marca registrada creada por Osho, para denominar un juego de cartas de su diseño, no es un mazo lo que vuelve “Zen” a una consulta de Tarot, sino el sentido de autoconocimiento que se le da a la tirada, y es por esto que es importante que el consultante medite profundamente en las respuestas y los símbolos aparecidos en la lectura, ya que esto completa el círculo entre el lector y el consultante, y es fuente pura de luz espiritual.

Los símbolos hablan directamente a nuestro inconciente más profundo, y ponen en movimiento energías y mecanismos muy sutiles, es por eso que desde la antigüedad se dice que el Tarot es una máquina de imaginar.
Parta poder conocerse, lo primero es verse, y para esto es necesario contar con un espejo. Si hablamos del Tarot en estos términos, sin dudas que el mejor mazo es el creado por el mago inglés Aleister Crowley, que justamente es llamado “el espejo del alma”. Sus poderosas imágenes, así como la asociación con elementos de numerología, astrología y cábala permiten una lectura amplia, basada en la asociación de imágenes y elementos.
Pero la clave del Tarot Zen, es el trabajo interno y meditativo surgido de los elementos aparecidos en la lectura. Nada tiene existencia real fuera de nosotros mismos, dado que es cada uno quien maneja su propio simulador holográfico.
La práctica de zazen es la mejor manera de controlar y crear su propia realidad. Todo lo que nos ocurre, fue creado por nosotros mismos, en puntos del pasado que en su momento fueron nuestro presente, pero nada en el universo se mueve o actúa solamente en una dirección. El tiempo es lineal, y si podemos volver atrás, también podemos ir hacia delante en la misma línea.
Cuanto más se expanden los límites de la propia conciencia, más evidente se hace la ilusión del tiempo, y si bien el tarot puede ser un espejo, zazen es el vacío que contiene y dota de forma y esencia al espejo. Sin el vacío, la forma no puede existir. No hay ningún Tarot Zen sin meditación o autoconocimiento.

Monje zen Sergio Giacobone
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