Estos doctores no curan heridas, ni hacen cirugías de alto riesgo; no interpretan radiografías, ni aplican inyecciones, lo único que saben hacer y bien es dar alivio, y ¿cómo lo hacen? Simple, recetando la mejor medicina que se conoce hasta el momento: risa en buena dosis, en la cantidad exacta para sanar cualquier tipo de dolencia.
Los doctores Fosforito, Galleta, Codzito, Bichirilo, Wa-zun, Inn y Chayotito junto con las doctoras Almendrita, Pantufla, Yuyi, Momita, Yiyita, Sandy, Arenita, Estrellita y Tutzi Pop, forman un simpático conjunto que tiene como consigna disminuir la tensión que se vive en los hospitales y asilos para que de esta manera los pacientes mejoren su estado general.
El concepto de risoterapia se encuentra avalado científicamente con un sinnúmero de investigaciones que aseguran que la utilización de este método mejora considerablemente la salud de los pacientes.
El concepto de risoterapia se encuentra avalado científicamente con un sinnúmero de investigaciones que aseguran que la utilización de este método mejora considerablemente la salud de los pacientes.
Esta labor, para nada es sencilla, ya que se requiere de un gran sentido humano y un corazón dispuesto a ayudar a los demás, si estos elementos están presentes, el humor llega casi solo.
Desde temprano estos doctores se dirigen a su lugar de trabajo ya sea en un hospital o asilo, casi siempre llegan cargando todo lo que se requiere para comenzar su actividad, una bata, una cuantas pinturas para la cara y por supuesto el toque que los distingue: la nariz roja. Estos sencillos implementos son los que dan vida a sus personajes.
Una vez reunido todo el grupo, se forman en círculo y realizan unos breves ejercicios de integración, la parte cumbre de este momento es cuando todos dejan atrás sus frustraciones lanzando un grito liberador de todo su estrés; paso importante, ya que se estará en contacto directo con los pacientes y llegar relajado ayuda a crear una atmósfera propicia para la risa.
Después de estos ejercicios todos comienzan maquillarse, las narices y las batas salen y la personificación se completa, una vez caracterizados, de nueva cuenta se reúnen y rezan una plegaria, al terminarla se dirigen a los pabellones, en el camino saludan a cuanta persona se les ponga enfrente, siempre con una sonrisa porque se encuentran dispuestos a escuchar y a dar palabras de aliento.
Al entra a los pabellones, de inmediato la mirada de los niños y niñas se centra en los payasos, pareciera que sólo bastara con un breve vistazo para que las primeras sonrisas comiencen a nacer.
La habitación y los corredores pronto se llenan de color, los pequeños atónitos siguen atentos a los doctores, mientras ellos se acercan a cada una de las camas. Es importante señalar que muchos de los pacientes infantiles que se encuentran en los hospitales, en ocasiones llevan meses en esa habitación sin tener contacto con el exterior, esto hace aún más especial la visita de los reyes del humor.
La labor no se reduce a hacer reír al paciente, sino también se traslada a los familiares quienes de igual manera se encuentran en una situación de tensión, expectantes ante la evolución de la salud de sus familiares.
Durante varios minutos todo cambia, de los rostros de los niños desaparece el semblante largo y triste, las facciones se transforman, resulta verdaderamente increíble atestiguar la metamorfosis que los pacientes experimentan, pues es volver a ver en sus rostros esa ilusión que tanto caracteriza a los pequeños y que ante la enfermedad pareciera opacarse casi totalmente.
Momentáneamente la enfermedad y el dolor desaparecen, las afecciones físicas y el mal estado dan marcha atrás para dejar lugar a una sonrisa, gesto que perfectamente es reconocido por los familiares, recordándoles que al pasar la adversidad siempre vendrán tiempos mejores.
Con cantos y bailes los doctores y las doctoras ponen en movimiento a los pequeños, con un chascarrillo de humor desprenden una carcajada, y con una simple mirada llena de amor curan todas las heridas. Ellos siempre están dispuestos a escuchar, a dar una palabra de aliento y hacerle ver a los pacientes que no todo se encuentra perdido, les recuerdan que la esperanza nunca se debe dejar atrás por muy mala que sea la situación.
Esta labor increíble sin duda impacta en la vida de los pacientes y en la de sus familias, colaborando en animarlos a superar la enfermedad, siempre con una buena dosis de humor y alegría.
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