..En un nivel profundo es imposible no tener una vida espiritual. Tú y yo estamos tan imbuidos en la creación de un mundo como lo está un santo. No puedes ser despedido del trabajo de crear un mundo, que es la esencia de la espiritualidad. Y no puedes renunciar a ese trabajo aun cuando rehúses presentarte. El universo vive a través de ti en este momento. Con o sin creencia en Dios, la cadena de sucesos que lleva de la conciencia silenciosa a la realidad física permanece intacta. El sistema operativo del universo funciona para todos por igual, y opera con base en principios que no requieren tu cooperación.
Sin embargo, si decides llevar una vida espiritual consciente, ocurre un cambio. Los principios del sistema operativo, las reglas de la creación, se vuelven personales. analicemos ahora cómo podemos alinear lo universal con lo personal.
UNIVERSAL
1. El universo es un espejo de la conciencia.
PERSONAL
1. Los sucesos de tu vida reflejan quién eres.
Nada en estas afirmaciones remite a la religión; no hay vocabulario espiritual implicado. No obstante, este primer principio es la base para decir que la religión —cuya etimología latina significa “reunir”— une al Creador con su creación. El mundo físico refleja una mente; lleva intención e inteligencia en cada átomo.
UNIVERSAL
2. La conciencia es colectiva. Todos la extraemos de una fuente común.
PERSONAL
2. Las personas presentes en tu vida reflejan aspectos de ti mismo.
En este principio vemos el origen de todos los mitos y arquetipos, héroes y hazañas. La psique colectiva comparte un nivel de conciencia que va más allá de los individuos.
Cuando ves a las demás personas como aspectos de ti mismo, en realidad estás viendo rostros de arquetipos míticos. Somos un ser humano con innumerables máscaras; cuando las eliminamos queda la esencia, el alma, la chispa divina.
UNIVERSAL
3. La conciencia se expande en sí misma.
PERSONAL
3. Aquello a lo que prestes atención crecerá.
En la realidad única, la conciencia se crea a sí misma, o lo que es igual, Dios esta dentro de su creación. No hay ningún lugar fuera de la creación donde pueda estar la divinidad: omnipresencia significa que dondequiera que exista un lugar, ahí estará Dios. Pero mientras Dios presta atención a una infinidad de mundos, los seres humanos utilizan la atención selectivamente. La ponemos en un lugar y la retiramos de otro. Al prestar atención agregamos la chispa divina, y esa parte de nuestra experiencia, sea positiva o negativa, crecerá.
La violencia engendra violencia, pero también el amor engendra amor.
UNIVERSAL
4. La conciencia crea con base en un plan.
PERSONAL
4. Nada es aleatorio; tu vida está llena de señales y bolos.
La conciencia mira al universo y encuentra un plan por todas partes, aun si los espacios que lo separan parecen desorganizados y aleatorios. Para el individuo es imposible no ver orden: cada aspecto de la vida, empezando con la familia, se basa en él. Tu cerebro está construido para percibir patrones (incluso una mancha de tinta parece la imagen de algo, no importa cuánto te esfuerces por tratar de no verla), porque fueron necesarios patrones de células para hacer un cerebro. La mente es, en última instancia, una máquina para elaborar significado, aun cuando coquetea con el sin sentido, como nuestro siglo ha hecho tan bien.
UNIVERSAL
5. Las leyes físicas operan eficientemente con el mínimo esfuerzo.
PERSONAL
5. En todo momento, el universo te da los mejores resultados posibles.
La naturaleza ama la eficiencia, lo cual es muy extraño en algo que supuestamente opera al azar. Cuando dejas caer una pelota, ésta cae en línea recta al piso sin desviarse. Cuando dos moléculas con potencial para unirse se encuentran, siempre se unen: no hay lugar para la indecisión. Este gasto mínimo de energía, conocido como ley del menor esfuerzo, también se aplica a los seres humanos. Es seguro que nuestros cuerpos no pueden evitar la eficiencia de los procesos químicos que ocurren en cada célula, por lo que es probable que todo nuestro ser esté regido por el mismo principio. Causa y efecto no sólo están vinculados; lo están de la manera más eficiente posible. Este argumento también se aplica al crecimiento personal: la idea es que todos actúan lo mejor que pueden desde su nivel de conciencia.
UNIVERSAL
6. Las formas simples se desarrollan en formas más complejas.
PERSONAL
6. Tu conciencia interna siempre está evolucionando.
Este principio resulta desconcertante para religiosos y científicos por igual. Muchas personas religiosas piensan que Dios creó el mundo a su imagen, lo que implica que la creación no tenía a dónde ir después de ello (excepto quizá perder su perfección inicial). Los científicos aceptan que la entropía, tendencia de la energía a disiparse, es inexorable.
Así, en ambos sistemas es un problema que el ADN sea un billón de veces más complejo que los primeros átomos primigenios; que la corteza humana haya crecido formidablemente durante los últimos 50000 años; que la vida surgiera de sustancias químicas inertes, y que todos los días nuevos pensamientos salen de la nada. La entropía no deja de envejecernos, provocar que los autos se oxiden y que las estrellas se enfríen y mueran. Pero el impulso de la evolución es igualmente inexorable. La naturaleza decidió evolucionar, sea cual sea nuestra opinión al respecto.
UNIVERSAL
7. El conocimiento asimila más y más del mundo.
PERSONAL
7. La dirección de la vida es de la dualidad a la unidad.
Según una idea muy extendida, las culturas antiguas veían una creación unificada, mientras nosotros vemos un mundo fragmentado y dividido. Se ha culpado de ello al declive de la fe y a la ausencia de mitos, tradiciones y vínculos sociales. Pero yo creo que ocurre justo lo contrario: la antigua manera de entender apenas explicaba una mínima parte de todos los fenómenos de la naturaleza, mientras que la física actual está a punto de llegar a una “teoría de todo”. El eminente físico John Wheeler destaca algo crucial cuando dice que, antes de Einsteín, los seres humanos pensaban que veían a la naturaleza “allá fuera”, como a través de una ventana, tratando de descubrir qué hacía la naturaleza. Gracias a Einstein, nos dimos cuenta de que estamos inmersos en la naturaleza; el observador cambia la realidad por el acto mismo de observar. Así, a pesar de un extendido sentimiento de alienación psicológica (resultado de que la tecnología haya sobrepasado nuestra capacidad de mantener vivo el significado), la dualidad de hombre y naturaleza está reduciéndose con cada generación.
UNIVERSAL
8. La evolución desarrolla cualidades de supervivencia que se ajustan perfectamente al entorno.
PERSONAL
8. Si te abres a la fuerza de la evolución, ella te llevará adonde quieres ir.
La adaptación es algo maravilloso porque avanza por saltos cuánticos. Cuando algunos dinosaurios ancestrales desarrollaron plumas, dieron con una adaptación que sería perfecta para el vuelo alado. Las células exteriores de sus cuerpos, que eran duras y escamosas, fueron útiles como armadura pero no ayudaban a remontar el vuelo. Es como si la evolución se planteara un problema nuevo y diera un salto creativo para solucionarlo. El uso de escamas fue abandonado por un nuevo mundo de vuelo alado (y esas mismas escamas darían un salto en otra dirección al convertirse en pelo, permitiendo el desarrollo de mamíferos peludos). Tanto la ciencia como la religión se preocupan por esto. A la ciencia no le gusta la idea de que la evolución sabe hacia dónde va; se supone que las mutaciones darwinianas deberían ser aleatorias. UNIVERSAL
9. El caos favorece la evolución
PERSONAL
9. La mente fragmentada no puede llevarte a la unidad, pero debes usarla para recorrer el camino.
El caos es una realidad, pero también lo es el orden y el crecimiento. ¿Cuál es el preponderante? La ciencia no ha llegado a una conclusión porque más de 90 por ciento del universo físico está compuesto de materia oscura y misteriosa: como no ha sido observada, sigue abierta la pregunta de cuál será el destino del cosmos. La religión se planta firmemente al lado del orden por la sencilla razón de que Dios creó el mundo a partir del caos. Según la ciencia, hay un delicado equilibrio entre creación y destrucción, el cual se ha mantenido durante billones de años. No obstante, como las fuerzas cósmicas en gran escala no han sido capaces de destruir el delicado tejido que urdió el origen de la vida, podría concluirse razonablemente que la evolución utiliza el caos, igual que un pintor utiliza los colores revueltos en su caja. En el nivel personal, es imposible que alcances la unidad mientras estés regido por el torbellino de pensamientos e impulsos de tu cabeza, pero puedes usar tu mente para que ella encuentre su propia fuente. La unidad es el propósito oculto al que se dirige la evolución, utilizando la mente fragmentada como herramienta para recorrer el camino. Al igual que el cosmos, la superficie de la mente parece caótica, pero hay una represa de progreso operando debajo.
UNIVERSAL
10. Muchos niveles invisibles están envueltos en el mundo físico.
PERSONAL
10. Vives en muchas dimensiones a la vez; la impresión de estar atrapado en el tiempo y el espacio es una ilusión.
Con todo su corazón, los pioneros de la física cuántica, incluido Eínstein, no querían crear dimensiones nuevas más allá del tiempo y el espacio. Ellos querían explicar el universo como parecía ser. No obstante, las teorías actuales de las superstrings* utilizan al menos once dimensiones para explicar el mundo visible. La religión siempre ha sostenido que Dios habita un mundo más allá de los cinco sentidos; la ciencia necesita el mismo reino trascendente para explicar por qué unas partículas separadas por billones de años luz pue-
den actuar coordinadamente, por qué la luz puede comportarse como partícula y como onda, y por qué los hoyos negros pueden transferir materia más allá del control de la gravedad y el tiempo. En última instancia, la existencia de multidimensiones es irrefutable. En el nivel más simple, debe haber algún lugar de donde salieron el espacio y el tiempo durante el BigBang y , por definición, ese algún lugar no puede estar en el tiempo y el espacio. aceptar que tú, como ciudadano de un universo multidímensional, eres multídimensional, no tiene nada de místico. Es la mejor hipótesis que puede proponerse dados los hechos.
Podría decirse que estos diez principios representan las maneras de concebir el sistema operativo que mantiene en marcha la realidad única. En verdad, todo esto resulta inconcebible, y nuestros cerebros no están preparados para operar en lo inconcebible. No obstante, pueden adaptarse a vivir inconscientemente. Todas las criaturas de la Tierra están sujetas a las leyes de la naturaleza; sólo los humanos pensamos; “¿En qué me afecta todo esto?” Si prefieres desentenderte y decides vivir como si la dualidad fuera real, no verás la manera en que estos diez principios se relacionan contigo. La ironía cósmica es que estas mismas leyes seguirían rigiendo tu vida aunque no las reconozcas.
La alternativa de ser conscientes o no, nos lleva a la posibilidad de la transformación. Nadie discute que la vida es cambio. Pero, ¿es posible que, mediante la simple modificación de su conciencia, una persona provoque una transformación profunda y no sólo un cambio superficial? Transformación y cambio son dos cosas distintas, como puede verse en los cuentos de hadas.
El cambio es demasiado lento, demasiado gradual, demasiado prosaico para satisfacer los anhelos simbolizados por la rana que sabe que es un príncipe o por el patito feo que se convierte en cisne.
El cambio es demasiado lento, demasiado gradual, demasiado prosaico para satisfacer los anhelos simbolizados por la rana que sabe que es un príncipe o por el patito feo que se convierte en cisne.
Hay más de un elemento fantástico en el toque de magia que ofrecerá instantáneamente una vida libre de problemas. Y más importante aún: esta fantasía encubre la manera en que ocurre la verdadera transformación.
La clave de la transformación auténtica es que la naturaleza no avanza paso a paso. Da saltos cuánticos todo el tiempo, y cuando lo hace, no realiza una simple combinación de viejos ingredientes. Algo aparece por primera vez en la creación, una propiedad emergente. Por ejemplo, sí analizamos el hidrógeno y el oxígeno, son ligeros, gaseosos, invisibles y secos. Hizo falta una transformación para que esos dos elementos se combinaran y crearan agua y, cuando esto ocurrió, surgió un conjunto completamente nuevo de posibilidades, siendo la más importante, desde nuestro punto de vista, la vida misma.
La humedad del agua es un ejemplo perfecto de propiedad emergente. En un universo sin agua sería imposible obtener la humedad mezclando otras propiedades existentes.
Las mezclas sólo producen cambios; no son suficientes para transformar. La humedad surgió en la creación como algo completamente nuevo. Tu cuerpo —que enlaza millones de moléculas cada segundo— depende de la transformación. Los procesos de respiración y digestión, por nombrar sólo dos ejemplos, se valen de la transformación. A la comida y al aire no simplemente se les revuelve sino que se les somete exactamente a los enlaces químicos necesarios para mantenernos vivos. El azúcar extraída de una naranja viaja al cerebro y sirve de combustible a un pensamiento. La propiedad emergente en este caso es la novedad del pensamiento: jamás en la historia del universo se habían combinado moléculas con ese resultado. El aire que entra por tus pulmones se combina de mil maneras para producir células que nunca han existido tal como existen en ti; y cuando utilizas oxígeno para moverte, tus músculos realizan acciones que, por muy similares que sean a las de otras personas, son expresiones tuyas únicas.
Si la transformación es la norma, la transformación espiritual es una extensión de lo que la vida ha estado haciendo todo el tiempo. Aunque sigas siendo quien eres, puedes dar un salto cuántico en tu conciencia, y la señal de que ese salto ha sido real será alguna propiedad emergente nunca experimentada en el pasado.
Propiedades emergentes espirituales
�� Claridad de conciencia
�� Cognición
�� Veneración por la vida
�� Ausencia de violencia
�� Ausencia de miedo
�� Integridad
Éstas pueden considerarse transformaciones espirituales porque ninguna puede obtenerse simplemente recombinando viejos ingredientes del yo. Al igual que la humedad del agua» cada una aparece como por alquimia: la escoria de la vida diaria se convierte en oro.
Claridad significa estar consciente de ti mismo todo el tiempo: mientras estás despierto, duermes o sueñas. En vez de estar eclipsada por las circunstancias externas, tu conciencia siempre está abierta a sí misma. La claridad es atenta y despreocupada.
Cognición significa estar en contacto con el nivel de la mente donde se responden todas las preguntas. Está relacionada con el genio, aunque la cognición no se concentra en música, matemáticas ni otros temas específicos. Tu área de conocimiento es la vida misma y el movimiento de la conciencia en todos los niveles. La cognición es sabia, segura e inquebrantable pero humilde.
Veneración por la vida significa estar en contacto con la fuerza vital. Sientes que el mismo poder fluye por ti y por todos los seres vivos; incluso el polvo que flota en un rayo de luz baila al mismo ritmo. Por tanto, la vida no se limita a las plantas y los animales: todo posee una vitalidad radiante y animada. La veneración es cálida, conectada y excitante.
Ausencia de violencia significa estar en armonía con todas las acciones. No hay oposición entre lo que haces y lo que hacen los demás. Tus deseos no chocan con el bienestar de los otros. Cuando miras alrededor, ves conflictos en el mundo en general pero no en tu mundo. Irradias paz como un campo de fuerza que somete al conflicto en tu entorno. La no violencia es pacífica, quieta y ajena a la oposición.
Ausencia de miedo significa seguridad total. El miedo es un susto del pasado; nos recuerda el momento en que dejamos un lugar seguro y nos encontramos en otro vulnerable.
El Bhagavad Gita dice que el miedo nace de la separación, sugiriendo que la causa original del miedo fue la pérdida de la unidad. En última instancia, esa separación no es la expulsión del paraíso sino la pérdida de lo que somos. La ausencia de miedo es, por tanto, ser tú mismo.
Integridad significa incluir todo, no excluir nada. En este momento experimentamos la vida dividida en trozos de tiempo, de experiencia, de actividad. Nos aferramos a nuestro limitado sentido del yo para evitar que estos trozos se desmoronen. Pero es imposible hallar continuidad de este modo, por más que el ego se esfuerce en mantener a la vida de una pieza. La totalidad es un estado más allá de la personalidad.
Surge cuando el “yo soy” que aplicas a ti es el mismo “yo soy” en todas partes. La totalidad es sólida, eterna, sin principio ni fin.
La transformación auténtica, a mi manera de ver, depende del surgimiento de estas propiedades como tu experiencia personal. Son cualidades primigenias inmersas en la conciencia; no fueron inventadas por los seres humanos ni proyectadas por carencia, necesidad o hambre. Es imposible experimentarlas obteniendo más de lo que ya tienes. Ser lo más generoso posible con los demás y evitar causarles daño no es lo mismo que no violencia en sentido espiritual. Mostrar valentía ante el peligro no es lo mismo que ausencia de miedo. Sentirse estable e íntegro no es lo mismo que totalidad.
Hay que remarcar que por más inalcanzables que parezcan estas cosas, son completamente naturales: son extensiones de un proceso de transformación que ha estado contigo toda tu vida. Cada uno somos ya una propiedad emergente del universo, una creación totalmente nueva a partir de los genes de nuestros padres. Pero hay una magia más profunda. En el nivel químico, los genes de tus padres sólo se recombinaron; tú obtuviste algunos de uno y algunos de otro. La supervivencia de cierto acervo genético se extendió para incluir una nueva generación, no se descompuso súbitamente en una sustancia nueva y desconocida.
De alguna manera, la naturaleza utilizó esos viejos elementos para realizar una hazaña alquímica: tú no eres una réplica genética reconfigurada. Tus genes son sólo la estructura que soporta una experiencia única. El ADN es la manera en que el universo toma conciencia de sí mismo. Hicieron falta ojos para que el universo viera su apariencia; oídos para escuchar sus sonidos, etcétera. Para asegurarse de no perder interés, el universo te creó para tomar conciencia de sí mismo de una manera que no había existido. Así, eres una expresión de eternidad y de este preciso instante, ambos a la vez.
Transformarse es como embarazarse. La mujer que decide tener un bebé toma una decisión personal y al mismo tiempo se somete a una poderosísima fuerza de la naturaleza. Por un lado, ejerce el libre albedrío; por el otro, queda atrapada en una serie inexorable de acontecimientos. Una vez que tiene una semilla fertilizada en su vientre, la naturaleza toma el control; engendrar un bebé es algo que haces y al mismo tiempo algo que te ocurre. Lo mismo puede decirse de cualquier otra transformación auténtica. Tú puedes hacer la decisión personal de ser espiritual, pero cuando el espíritu toma el control, quedas atrapado en fuerzas superiores a ti. Es como si un cirujano fuera llamado al quirófano para una cirugía y descubriera que el paciente en la mesa de operaciones es él mismo.
La unidad es totalmente distinta de la dualidad, pero no tienes que esperar el final de este viaje para vivir como si estuvieras en el siguiente. Justo ahora estás viviendo como si la limitación y la separación debieran ser verdad; por tanto, no estás dejando espacio para que no sean verdad. Aun así, una inteligencia oculta preserva el orden increíble de la vida al tiempo que permite que el cambio se arremoline en aparente caos.
Si exponemos una célula viva a la luz del sol en un día fresco de primavera, se marchitaría y convertiría en polvo; su ADN se esparciría en el viento. No obstante, esa aparente fragilidad ha sobrevivido a dos billones de años de constantes ataques del ambiente. Para comprobar que nuestra existencia está protegida por la misma inteligencia, es necesario alinearnos con ella. Entonces se revelará una ley universal: la totalidad permanece, no importa cuánto cambie.
Tu tarea consiste en hacer que la totalidad sea más real en tu vida. Mientras permanezcas en el nivel donde prevalece el cambio, no tienes posibilidades de llegar a ser verdaderamente nuevo. La dualidad mantiene su sistema operativo en todo momento, y mientras estés conectado a él, parecerá real, factible, fidedigno y comprobable. El otro sistema operativo, que se basa en la totalidad, funciona mucho mejor que al que estás acostumbrado. La totalidad también es real, factible, fidedigna y comprobable. Con la finalidad de orientarnos, analicemos algunas situaciones familiares y veamos cómo las abordaría cada sistema.
La totalidad presenta un mundo unificado, pero no sabrás qué se siente vivir en un mundo así hasta que te adhieras a un sistema operativo nuevo. El paso del sistema operativo viejo al nuevo constituye un proceso al cual debemos comprometernos todos los días. Nuestra adicción compartida a la dualidad es absoluta; no excluye nada. Lo bueno es que ningún aspecto de la vida es inmune a la transformación.
Cada cambio que realices, por pequeño que sea, se extenderá a toda la existencia. Literalmente, el universo estará pendiente de lo que hagas y te brindará apoyo. Desde su punto de vista, la formación de una galaxia no es menos trascendental que la evolución de un individuo.
Deepak Chopra
"El libro de los secretos"
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