Danzas Circulares


LAS DANZAS
Desde tiempos pretéritos los seres humanos, se han reunido a danzar para celebrar, despedir, dar bienvenidas, etc. Estar vivo era danzar. Las tribus acostumbraran a danzar alrededor de algún símbolo, un árbol, un tótem, el fuego, los recién casados u otro elemento representativo. Con el crecimiento de la urbanización y el exacerbado individualismo la danza grupal perdió su lugar central en la vida de las comunidades. Sin embargo la necesidad de
danzar y celebrar juntos no se ha perdido. El espíritu de la danza y el espíritu humano están integrados a la música, el movimiento y la naturaleza.
BERNARD WOSIEN
Las prácticas de ” Danzas Circulares del Mundo” las inició Bernard Wosien (1908-1986) quien fue bailarín, coreógrafo, maestro de danza y artista plástico. Nació en Passenhien, al Este de Prusia, Alemania. Estudió Teología, Danza, Historia del Arte y Pintura en la Universidad de Bresalau y en la Academia de Arte de Berlín. Fue maestro de Ballet y primer bailarín de algunas producciones de danzas clásicas de Alemania.
Desde los ´60  Wosien estuvo intentando restituir los primeros movimientos simbólicos de las danzas, empezando a recopilar Danzas Folklóricas y Étnicas de algunos países del hemisferio norte. Iniciaba una nueva etapa de su trabajo: “La Danza Sagrada” o “Meditación Danzando”.
En 1976 Bernhard Wosien fue invitado a presentar las Danzas Sagradas en la Fundación Findhorn de Escocia y a partir de entonces su trabajo se conoció en varios países. Muchos se hicieron eco de su llamado interior y la tarea de la paz a través del círculo en danza se abrió camino y formó su cuerpo
LAS DANZAS CIRCULARES DEL MUNDO
En nuestra primera infancia las rondas fueron una instancia significativa que nos permitió incursionar en la alegría que proporciona el contacto, la sonrisa compartida, el movimiento sincronizado con otros. Cuando creíamos que esta experiencia había pasado a formar parte de los bellos recuerdos, hemos tenido la suerte de conocer las Danzas Circulares del Mundo y bailarlas con personas que consideraban no estar en edad de jugar a las ronda. Provenientes de distintos pueblos nos remiten a un contenido rico y simbólico y  podemos llegar a estados de profunda conexión con nuestra esencia individual colectiva.
Son una herramienta para múltiples aprendizajes y nos permiten tomar contacto con otras culturas que se manifiestan de forma diferente a la nuestra. De este modo accedemos a nuevos conocimientos. La música del mundo, las danzas tradicionales y los movimientos arquetípicos nos conectan con las raíces de la humanidad. Por eso con estas danzas se experimenta un sentimiento de integración.
Se realizan en círculo, casi siempre tomados de las manos. Aprender a danzar en círculo es aprender a caminar con otros. “El círculo no tiene cabeza ni cola, y todos los puntos son necesarios para formarlo.”
Existen danzas folklóricas y contemporáneas, alegres y serenas. Hay danzas para niños, hombres, mujeres, parejas, gente de cualquier edad,  siempre en forma grupal. Pueden ser bailadas por cualquier persona sin necesidad de capacidades especiales o experiencia.
A través de las danzas nos relacionamos comunitariamente estableciendo lazos de solidaridad y uniendo la familia humana. Todos aprendemos y contamos con todos, tomando conciencia de grupo y unidad. Este es el aspecto más importante de las danzas. Puede ser practicada en escuelas, centros culturales, centros para la tercera edad, centros de salud, sindicatos, clubes.
. Lo bello de las danzas circulares es que la experiencia de cada participante puede ser diferente y es bienvenida con sus características únicas. A nadie se le pide que cambie para ser aceptado. La danza circular es social, no tiene jerarquías. Una vez que quien esta a cargo enseña la danza , se disuelve dentro del círculo, este se lidera a sí mismo.
Por supuesto, cuando la gente comparte el movimiento, sus ondas cerebrales también tienden a sincronizarse. Esto da un sentido de unidad con los compañeros, que es un antídoto esencial contra el aislamiento que mucha gente siente en la sociedad moderna
La danza circular es fundamentalmente meditación en movimiento. Meditar es estar con uno mismo. Muchos son los caminos que nos llevan hacia nuestro propio interior a la vez que nos conectan con lo Infinito. Meditar es estar conscientes, alertas, sin que exista un método único para lograrlo. Esto es lo que nos ocurre cuando danzamos en círculo. Tomamos una danza y comenzamos a bailarla plenamente conscientes de nuestro cuerpo: aquí cambiamos el peso, contamos los pasos, etc. Poco a poco esta consciencia intelectual de nuestro cuerpo se va tornando en consciencia sensorial, la música se apodera de él y ejecutamos la danza sólo sintiendo como nos movemos, dejándonos llevar por la memoria muscular, el sensación del ritmo, etc.
El objetivo no está en lograr la perfección, si no en recuperar algo que se ha perdido en estos tiempos de vida en grandes ciudades: ese sentido de comunidad, de pertenencia a un grupo.
En la energía del círculo, nos encontramos con nosotros mismos, con los otros y con la certeza de que somos
Al reproducir una danza antigua griega, o armenia o israelí, o turca, o gitana, o americana, o algunas de más reciente creación, intentamos sentir como el otro distinto a nosotros por su idiosincrasia geográfica, racial o cultural, pero idéntico a nosotros en tanto ser humano.  Y tanto las canciones como las danzas y la música en general –y toda forma de arte- nos permiten estar en contacto vivo con la humanidad toda.
“Si alguna cosa perdura en estas Danzas, es porque pueden todavía darnos algunos mensajes que ellas traen a partir de esos  miles de personas cuyos pies trazaron las mismas formas en el suelo a través del tiempo; basta con abrir el corazón.”
(Laura Shannon).
BENEFICIOS DE PRACTICAR DANZAS CIRCULARES DEL MUNDO
  • Permiten la relajación y coordinación física necesaria para el mejor funcionamiento del cuerpo.
  • Son una herramienta que permite salir del individualismo, favoreciendo la comunicación e integración con otros y el medio.
  • Nos ayudan a bajar el nivel de agresividad en el diario vivir, gracias a la apertura emotiva que se genera al compartir esta actividad de carácter re-creativa.
  • Al ser una actividad esencialmente grupal y no competitiva, proporcionar la oportunidad de trascender las diferencias sociales y culturales en un lenguaje de amor y aceptación.
  • Permiten coordinar mente, cuerpo y espíritu, estando atentos en el aquí y el ahora.
  • Permiten la relajación y armonía, mediante la música y la belleza de sus pasos.
  • Son definitivamente una sana forma salir de la rutina, permitiéndonos echar un vistazo a nosotros mismos, liberando tensiones, preocupaciones y problemas.
  • Nos dan la posibilidad de hacer emerger una nueva conciencia: “La Conciencia de Unidad”.
Al participar de un círculo de Danzas del Mundo podemos  movernos al ritmo de las músicas desde nuestro simple placer por bailar, o además intentar experimentar esa comunión con la humanidad, que trazó en el suelo las mismas formas arquetípicas, símbolos del camino de la Vida.

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