LA MAGIA DE LAS FLORES II

1.- VINO VIEJO EN ODRES NUEVOS

Los aborígenes australianos siempre utilizaron las flores para sanar las emociones, al igual que los antiguos egipcios. Ha existido, también, una larga tradición del uso de las esencias florales en Asia (singularmente en la India) y América del Sur, habiendo sido –además- muy populares en el mediovo europeo: Hildegard von Bingen (s. XII) y el gran Paracelso (S. XV) escribieron sobre el tratamiento de los desequilibrios de la salud en base al rocío recogido de la floración de plantas.

Como se dijo en nuestra entrega anterior, el re-descubrimiento que significó el aporte fundacional del Dr. Edward Bach, siete décadas atrás, es innegable y absolutamente imprescindible y monumental, constituyéndose en una gran apertura de viejas y nuevas puertas de comprensión de estos fenómenos.
No obstante,  no menos innegable resulta la celeridad en el proceso de cambios que asistió al planeta en los últimos setenta años; hoy, nuestra sociedad y sus necesidades son totalmente diferentes a las de la época aquella en que Bach iniciaba y consolidaba su tarea. Existe una gran necesidad de recursos nuevos para ayudar a que las personas puedan enfrentar la problemática propia del s. XXI: sexualidad, incomunicación, disgregación familiar, ausencia de espiritualidad, entre muchos.
En ese marco, surgen varios sistemas florales nuevos y, entre ellos, el Sistema Floral de Bush (Australia).
2.- IAN WHITE Y EL SISTEMA AUSTRALIANO DE BUSH
Ian creció en Australia y es un gran investigador, pionero en la investigación en su país natal y naturalista.  Cuando era niño, tanto su abuela como su madre se especializaron en el uso de las plantas y su profundo conocimiento de ellas dejaron una marca imborrable en el futuro creador del Sistema Bush (arbusto en inglés).

Australia es la tierra más antigua del mundo y  exhibe, con gran belleza y fuerza, el mayor número de plantas y flores; además, energéticamente hablando, está relativamente intacta y, desde la perspectiva metafísica, es muy sabia con su vieja energía. En este momento, existe una tremenda energía nueva en ese país. Esto, combinado con lo anterior, es la razón por la cual las esencias australianas revisten el carácter de únicas y están siendo incorporadas por los profesionales de todo el mundo para formar parte integral de sus tratamientos.
Estas esencias contribuyen a dar claridad a la vida, aportan coraje, fuerza y el compromiso a perseguir y concretar metas y sueños.  Desarrollan un mayor nivel de intuición, autoestima, espiritualidad, creatividad y sentido de la diversión. Se experimenta una mayor conciencia y felicidad en la vida, que redunda en beneficio del individuo, la sociedad y el planeta.
El efecto de tales esencias florales permite el acceso a la sabiduría del Ser Superior, las creencias y pensamientos negativos se disuelven, el equilibrio y la verdad son restablecidos, produciéndose la curación.
Sus resultados son sorprendentes: actúan como catalizadores para resolver un gran abanico de estados negativos y desarrollan capacidades intuitivas.

también para el planeta…”La innovación de White es especialmente relevante para el mundo moderno: “Ahora es tiempo de que las personas aprendan, den un paso adelante a favor de aquello que creen y sigan aquello que sienten que tienen que hacer. Es tiempo de que sepan que tienen el poder de hacer cambios positivos, no solamente para sí mismas, sino el efecto de las esencias de este sistema es similar al de la meditación. Esto libera creencias negativas del subconsciente y habilita la expresión de la energía positiva de las virtudes superiores.
Para White, muchas personas pueden preparan una esencia floral, ya que la técnica es básicamente muy sencilla. Pero el desafío radica en determinar las cualidades sanadoras de la flor. Si bien toda persona está habilitada para tener ese potencial, algunas han sido “bendecidas” con una capacidad especial  para hacerlo.
“Ese don, tal y como yo lo veo desde mi propia perspectiva –dice White- y desde mi propia experiencia, es como un embudo cuya parte ancha puede ampliarse en forma inconmensurable con la meditación y con otras prácticas intuitivas. Este embudo permite que gran número de devas (energía de la planta), de ángeles, de guías y de ayudantes del Mundo del Espíritu, se comuniquen en forma colectiva con un individuo que trabaja con ese don. Por lo general, uno de los guías espirituales de la persona integra toda la información en una unidad uniforme y la canaliza hacia abajo (a través del cuello del embudo, por así decirlo), en forma de conocimiento, de sensación o de visión. (….) El trabajar con ese don es una experiencia tremendamente excitante y, al mismo tiempo, humilde …”

3.- UN MANDATO UNIVERSAL

Podríamos asegurar –o casi– que Bach sentía que no debía apropiarse del crédito de sus descubrimientos, ya que él era un mero instrumento de Dios.
También la experiencia personal avala que hacer una esencia floral es una instancia  mágica, que se manifiesta en  la clara presencia de una ayuda y de una guía por parte del espíritu. Tales extremos han sido siempre tan evidentes que no pueden dejar de tenerse en cuenta.
Y, sin duda,  es a la vez una confirmación de que el Mundo Espiritual o la Luz o Conciencia Universal –sin importar el nombre que le demos- quiere, de manera contundente, que estemos en posesión de las esencias, ya que hay para ellas un papel de vital importancia en este momento de la historia.
Un ejemplo puntual ilustra tal extremo.


La esencia de Autummn Leaves (hojas de otoño, de este sistema) permite escuchar, ver y sentir, comunicaciones desde el “otro lado” y estar abiertos a esa vía. Enfatiza, además, el sentido de “dejarse ir” y seguir delante de una forma muy profunda. Es muy importante al momento de traspasar la frontera de la muerte física, ya que asiste a pasar al otro plano y aumenta la conciencia y la comunicación con seres queridos en el Mundo Espiritual. El trabajo de la Dra. Elizabeth Kubler Ross ha mostrado lo común y medular que es, para quien está en ese tránsito, tener conciencia de que hay ayuda y guía a su alrededor; especialmente, la presencia de seres queridos que murieron anteriormente.
Como se ve, es una esencia facilitadora de la transición del paso del plano físico al espiritual.

Ha dicho Albert Steffen: “…Cuando no sepas más cómo seguir adelante, deja que las plantas te cuenten, esas plantas que brotan, crecen, florecen y dan fruto en tu interior. Aprende el lenguaje de las flores”.

Por Terap. Alicia Monteverde
Fuente: Revista Digital Universo Nueva Era - www.universonuevaera.com